Uno de los discursos más famosos de todos los tiempos es el que
pronunció Abraham Lincoln en Gettysburg el 19 de noviembre de 1863, poco más de
cuatro meses después de la gran batalla homónima de la Guerra Civil de los EEUU.
Aquel día fue un discurso secundario, no era lo más significativo de la agenda
del día, pero ha sido el que ha pasado a los libros de historia.
El plato
fuerte era un discurso de Edward Everett, de casi 14.000 palabras y que duró
unas dos horas. Frente a esto, las menos de 300 palabras de Lincoln son toda una
lección de síntesis. Curiosamente, ninguno de los periodistas que estaban aquel
día en el acto consideró las palabras de Lincoln como importantes. No me refiero
a la transcripción del discurso entero, sino a alguna frase destacada en la nota
que enviaron a sus medios. Ni siquiera eso. Todo se solucionó con un “el
Presidente también dijo unas palabras”.
Fuente: Curistoria
El la Wikipedia pueden leer el discurso
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