No es este que vamos a tratar el único saqueo que ha sufrido Roma, pero sí
es el que tiene un nombre propio: saco de Roma. Esta expresión deriva
directamente del italiano, Sacco di Roma. Ocurrió en mayo de 1527, cuando las
tropas del emperador Carlos V, españolas y alemanas, tomaron Roma y la saquearon
sin piedad.
El Sacro Imperio Romano Germano del emperador Carlos V dominaba Europa y el papa Clemente VII se enfrentó a él, sumándose al rey francés Francisco I, para intentar reducir el poder del hispanogermano. La liga de Cognac, no liga del Coñac, no se me equivoquen, formada por franceses, el papado, venecianos y florentinos tenía enfrente al imperio de Carlos V, cuyos dominios eran aún mayores que los de todos los miembros de la liga enemiga junta.
Los lansquenetes alemanes, soldados italianos, y los tercios españoles, bajo el mando de Carlos III de Borbón llegaron a las puertas de Roma a pedir “la paga”. Sí, como los niños en domingo. Los soldados se habían amotinado por falta de pago, cuestión común en nuestros ejércitos por aquellos tiempos, después de combatir durante meses. Una forma de pagarles era dejarles saquear los pueblos conquistados a su gusto. No hubo mejor idea que llegar hasta Roma y pedirle al papado que les pagara 300.000 ducados o Roma sería asaltada. No hubo pago y hubo asalto. Durante varios días los soldados saquearon Roma sin ningún control ni medida y se cobraron su sueldo y algo más.
El Sacro Imperio Romano Germano del emperador Carlos V dominaba Europa y el papa Clemente VII se enfrentó a él, sumándose al rey francés Francisco I, para intentar reducir el poder del hispanogermano. La liga de Cognac, no liga del Coñac, no se me equivoquen, formada por franceses, el papado, venecianos y florentinos tenía enfrente al imperio de Carlos V, cuyos dominios eran aún mayores que los de todos los miembros de la liga enemiga junta.
Los lansquenetes alemanes, soldados italianos, y los tercios españoles, bajo el mando de Carlos III de Borbón llegaron a las puertas de Roma a pedir “la paga”. Sí, como los niños en domingo. Los soldados se habían amotinado por falta de pago, cuestión común en nuestros ejércitos por aquellos tiempos, después de combatir durante meses. Una forma de pagarles era dejarles saquear los pueblos conquistados a su gusto. No hubo mejor idea que llegar hasta Roma y pedirle al papado que les pagara 300.000 ducados o Roma sería asaltada. No hubo pago y hubo asalto. Durante varios días los soldados saquearon Roma sin ningún control ni medida y se cobraron su sueldo y algo más.
Fuente: Curistoria
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