A caballo entre
el siglo XVII y el XVIII existió un tipo que posiblemente sea el que más se ha
acercado en la realidad al personaje de ficción creado por Mary Shelley, y de
hecho, parece que hay una conexión entre ambos. Eso sí, fue primero este que el
monstruo.
Konrad Johann
Dippel, un teólogo, un científico, físico, químico, alquimista… creó un
laboratorio en el castillo Frankenstein, en Darmstat, Alemania; donde había
nacido. Su objetivo era comprobar y demostrar que gracias a métodos científicos
y a pócimas, se podía alcanzar la inmortalidad.
Pero no sólo
sombras pueblan su vida. Descubrió un aceite animal que lleva su nombre, e hizo
pruebas con la nitroglicerina, que le llevaron a determinar que podía usarse
médicamente, eso sí, volando una torre durante la investigación. También de sus
investigaciones, según parece, proviene el tinte conocido como “azul de
prusia”, que posiblemente sea uno de los más conocidos y usados.
Como el famoso
profesor de ficción que creó al monstruo, Dippel también exhumó y robó algunos
cuerpos para sus experimentos del cementerio local. Cuando los lugareños
comenzaron a sospechar del profesor y la desaparición de cadáveres, este hizo
un cambio en sus experimentos que muestra su afilado ingenio. Comenzó a
experimentar en él mismo, en su propio cuerpo. Finalmente, como no podía ser de
otro modo, murió víctima de uno de sus brebajes.
Dicho todo esto,
amigos, me veo obligado una vez más a avisarles sobre la posible presencia de
leyenda en la vida de este tipo. Es posible que no muriera víctima de sí mismo,
sino de un problema cardiovascular o algo similar. Salvo este punto, todo lo
demás parece ser cierto y por lo tanto este tipo bien merece ser conocido más a
fondo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario