A comienzos de 1914 Pancho Villa firmó un contrato con la
compañía Mutual Films por el que les concedía en exclusiva el derecho a filmar
su ejército. Villa recibiría 25.000$ de la época por permitir filmar en su
campamento y, además, por asegurar la exclusividad.
Es decir, cualquier otra cámara estaría prohibida. Además
de los 25.000$, el líder revolucionario mexicano se llevaba también una parte
de las ganancias. Parece que Pancho Villa sabía moverse en aquel incipiente
negocio del celuloide.
En una ocasión, en el ataque a la localidad de Ojinaga,
Pancho Villa tuvo la deferencia de contener y retrasar el ataque hasta que las
cámaras llegaron hasta donde estaba su ejército y estaba todo listo para rodar.
El revolucionario era un tipo cumplidor con su contrato, como vemos. De hecho,
este detallaba que si había problemas y Mutual Films no conseguía suficientes
tomas durante las batallas, Villa y sus hombres las simularían.
Hicieron una película sobre la vida de Pancho Villa, en
la que este era el protagonista, mientras dirigía su ejército. Luego dicen
algunos que actuar y dirigir es complicado… Incluso, según parece, alguna
ejecución que iba a ser llevada al amanecer, fue retrasada para disponer de la
luz adecuada para rodar.
Por cierto, Pancho Villa buscaba con esto financiar su
revolución y además crearse una buena reputación. Lo consiguió en un primer
momento, ya que aparecía como un héroe en las películas, pero finalmente los
EEUU combatieron contra él y la imagen del líder mexicano cambió.
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