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Victoriano Sánchez Barcáiztegui |
El 2 de mayo de 1866, en Puerto del
Callao, Perú, tuvo lugar una batalla que ha pasado a la historia de la guerra
naval española. En aquel puerto de Perú una escuadra de la Armada Española se
enfrentó a las defensas del Callao, en la costa. La fragata Almansa combatió
bajo el mando de Victoriano Sánchez Barcáiztegui, un ferrolano nacido en 1826
que había comenzado su carrera militar con tan sólo 13 años de edad. Perdió la
vida en 1875 en combate naval, pero aquel día en Perú pronunció una frase que
ha pasado a la historia de la marina española.
Eran en torno a las 14:30 cuando una
granada explotó a bordo de la Almansa y provocó un incendio que se propagó por
la nave hasta llegar cerca del pañol de pólvora. Además había sido alcanzada
innumerables veces. En vista del riesgo de que el incendio provocara una
tragedia al llegar al pañol de pólvora, donde esta se almacenaba, nuestro
protagonista recibió tres partes en los que le solicitaban anegar aquella parte
de la Almansa.
Lógicamente, mojar la pólvora la hacía
inservible y por lo tanto obligaba a la Almansa a dejar de combatir, algo a lo
que Victoriano Sánchez Barcáiztegui no estaba dispuesto. Se separó de la nave
Numancia, que estaba a su lado, para que una posible explosión no afectara más
que a la Almansa y pronunció una de esas frases míticas que parecen dichas para
ser puestas en un museo:
Hoy no es día de mojar la pólvora.
Se salió con la suya y los marineros
fueron capaces de sofocar el fuego y seguir combatiendo. Aquella acción le
reportó a nuestro protagonista un ascenso y, como decía anteriormente, su frase
acabó en un museo. Pueden verla ustedes destacada en el Museo Naval de Madrid,
en la sala correspondiente a esta época.
Fuente: Curistoria.com
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